De los dígitos del 1 al 9 todos tienen su opuesto, menos el 5.
Sabemos que el dígito 5 no tiene opuesto porque en definitiva es nuestra conexión como seres humanos con la propia divinidad. Somos la perfección (solo que no lo vemos), somos co-creadores de nuestra realidad a partir de la conexión con el Cosmos. Somos al mismo tiempo cuerpo y energía. Somos Dharma y Kharma.
La energía del 5 es, ni más ni menos, la representación energética de nuestro Doble cuántico. Nuestro Yo energético cósmico. Nuestro Yo “viajero” que se encarga de comunicarnos las mejores experiencias del fututo en este presente, para que sigamos estas instrucciones en forma de “intuición”.
Es la energía exploradora, la que nos impulsa a los cambios, porque evidentemente el yo físico, real y presente, está tomando las decisiones equivocadas para alcanzar el futuro prefecto al que nos quiere llevar nuestro Destino.
El tema es que aún no dominamos nuestros miedos, y nuestros pensamientos tienden a tejer siempre un futuro de fracasos, y los pensamientos negativos e imaginación que ponen barreras a la información sobre nuestro mejor potencial a futuro acaba por no recibir la información que el Yo viajero nos trae desde otra dimensión.
Según la teoría del desdoblamiento de Garnier Malet “El hombre que vive en el tiempo real y en el cuántico, un tiempo imperceptible con varios estados potenciales: memoriza el mejor y se lo transmite al que vive en el tiempo real.
Tenemos un cuerpo muy bien hecho que nos permite proyectarnos en el porvenir: ir a ver el futuro, arreglarlo y volver para vivirlo”.
Cuando nuestro inconsciente, nuestra intuición percibe la necesidad de cambios, de ir en la búsqueda de nuevas experiencias, salirnos del camino conocido que evidentemente nos aleja de ese futuro positivo y libre, es necesario escuchar «nos», escuchar la voz de la experiencia del futuro, nuestro otro Yo.
Es la energía del dígito 5 que nos pone en alerta ante las crisis, ante la necesidad de cambios nos orienta hacia la movilización de las energías, y nuestra intuición, nuestra conexión divina nos habla y nos guía. Y nos dice que podemos buscar durante siglos, durante eternidades, pero cuando entendamos que nosotros somos el destino que en nuestros sueños proyectamos a lo lejos, dejaremos toda búsqueda porque en la mitad del proceso evolutivo el entendimiento radica en darnos cuenta que somos a la vez lo individual y lo universal, lo inmutable y lo cambiante; lo de afuera y lo de adentro, y que el deseo de liberación del 5 terrenal solo está motivado por la “ilusión» de aprisionamiento del Ego.
Después de todo, la noción de búsqueda solo implica una distancia entre nosotros y lo que buscamos…
En el Mapa Natal el lugar en el que podemos encontrar esta energía (5) nos habla mucho sobre nuestro buscador cuántico, nuestro aventurero cósmico. Y la energía, o cantidad de letras con este valor es también indicador de qué es lo que nos invita a encontrar en nosotros mismos nuestro doble cuántico.
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